sábado, 26 de junio de 2010

R.I.P.

-¿Crees que sufrió mucho?
-No lo sé, Jack.
-Dicen que cuando estás en coma, pasas todo el tiempo en una especie de sueño, como en una especie de cuarto lleno de grifa.
Carl giró la cabeza para mirar a su hermano.

-Cállate,¿quieres?
-No te pongas así... -el padre, aún de cuerpo presente, yacía en un féretro abierto de la funeraria- Sólo digo que no creo que haya sufrido.
-Ya lo sé, Jack.
-Papá era un buen hombre, ¿no?
Carl suspiró, y se metió las manos en los bolsillos.

-No lo sé.
-Joder, no digas eso. -Jack necesitaba un consuelo que ni siquiera Carl tenía para sí mismo- Tú estabas aquí con él, ¿no?
-Nunca fue muy hablador.
-Sí. -sonrió pensando en las palizas a los 16- Maldito hijo de puta.
-Jack, cállate.
-Pero es cierto, joder -se sorbió los mocos- no hay un solo amigo aquí, ni una maldita corona de flores, o postales, o eso... las lloronas esas.
-Plañideras, Jack.
Estaba claro que necesitaba un descanso. Dos años. Dos interminables años de cambiar sondas, hacer papillas y escuchar crónicas del Milán. Tan sólo deseaba una muerte rápida, algo inesperado,como un accidente de coche o un infarto.

-¿Qué te han dicho en el hospital?
-Que es difícil que se recupere. -ahora fue Jack quien se giró para mirarle, así que buscando un cigarro en la chaqueta, aclaró- Ya está todo arreglado, hermanito. A las 6 lo queman.
-¿Que vamos a hacer con las cenizas?
-¿Las quieres?
-¿Yo? -arrugó la nariz- ¿dónde cojones quieres que meta eso?¿en el coche?
-Por mí puedes tirarlas al río, yo ya he cumplido.
De camino a la puerta del tanatorio, Jack buscó con rapidez una excusa.
-¿Y si esparcimos las cenizas por algún sitio?

Su hermano encendió el cigarrillo.

-¿Dónde?
-No sé... le gustaba el fútbol, ¿no?
-¿Vas a llevar TÚ el bote al estadio San Siro?
-¿"San" qué?
-Italia, hermanito.
-Coño. 

Carl rió.

-Exacto.
-Bueno, ¿que más hacía?

Sentado en la acera, en medio de una ciudad en ninguna parte, Carl se dio cuenta de su suerte.
Hoy empezaba una nueva vida.
Huir.
"Vete, Carl,¡vete!" decía siempre su madre al teléfono.
Pero nunca supo cómo. 
-Le encantaba cagar leyendo el periódico -recordó, y una idea se fraguó en su cabeza- tirémoslas al WC.

lunes, 14 de junio de 2010

secreto


Fumo mecánicamente, aparto las cenizas que caen sobre mi teclado.
Tecleo, tecleo frenético de ideas, gritos.
Joder, ¡¡una buena idea!!
No te escapes, pequeñita,
déjame respirar sobre el humo gris.
Sí. Un poco más. Unos retoques, unas tildes, una b...
Ahí vas.
Y el blog la plastificó.
Archivada: sección uno, puerta tres.
La sistemática de lo propio,
el vertedero de los sueños.

proana


45 kilos, 44 kilos, 43....
Y sonríes contenta:
Princesa, ¡Ya estamos cerca!
Ana sueña con volar ligera, ligera como una pluma.
Sólo piel y huesos, sólo alma.
Y en la carne que pierdo quedas tú, queda él, queda todo.
¡Qué gran expectación!
¿Mi clavícula?¿mi omóplato?
¿cuántos trocitos de mí voy descubriendo con el tiempo?
Cuando vea mi corazón...
Le tirare un beso.
Lo acariciaré.
Le pondré esa bonita tirita roja.
Daré gracias al cielo, a mi voluntad.
Y seré feliz.